Vida , Muerte y Embarazo A Temprana Edad Prevencion

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Sólo el 20% de las niñas que han sido madres entre los 8 y 15 años han tenido una pareja de exactamente la misma edad, al paso que el 80% restante, tuvieron parejas, diez y hasta 50 años mayores a . Un otro informe del PNUD publicado esta semana documentó el aumento del embarazo adolescente durante las medidas de confinamiento por la pandemia de COVID-19.

Asimismo, es interesante visto que en un prominente porcentaje las parejas de las jovenes embarazadas, antes de estarlo, no estudiaban, proporción que aumentó tras el embarazo, con un 73% a 83% respectivamente, debido a que se incrementó la necesidad de obtener elementos económicos, pero también el rezago educativo en los hombres es un aspecto para el embarazo joven de sus parejas. Los puntos precedentes reafirman que en el sistema económico neoliberal en que está sumergido México, el embarazo adolescente y la deserción escolar son componentes para la reproducción del período intergeneracional de la pobreza. Los jóvenes expulsados del sistema educativo ven limitada su oportunidad de obtener un empleo bien remunerado, lo que a su vez limita el acceso a recursos que permitan un avance adecuado de sus hijos, de modo que se conserva un círculo vicioso cuya principal consecuencia es la reproducción de la pobreza entre las generaciones y de las desigualdades de género al interior de las familias. Además de esto, hay que nombrar que la escuela es el espacio donde los jóvenes tienen que recibir educación sexual formal, laica y científica, como parte de sus derechos humanos y constitucionales, ya que el Estado no puede asegurar que en la familia se cumpla esta función didáctica y es común que los jóvenes no se acerquen a los centros de salud para obtener orientación y también información en relación a su sexualidad. La comunidad académica también ha caracterizado el comportamiento sexual y reproductivo de las adolescentes como un problema médico pública, que a su vez crea un perfil epidemiológico muy específico gracias a las consecuencias desfavorables que conllevaría para estas, sus familias y las comunidades (Stern, 2003; Zamudio et al., 2017).

Educación Sexual Temprana, Primordial Solución Al Inconveniente De Embarazo Joven

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“O sea un punto muy importante que si bien lo estamos haciendo desde hace más de 9 años, creo que es primordial poderlo extender a un emprendimiento que logre ampliarse a todas las preparatorias de la red universitaria y sería fundamental poder ofrecer toda esta información relevante para todos ustedes y a los jóvenes en general”. Para la última fase, se realizará la evaluación de la intervención, tal como un seguimiento de los alumnos en los años posteriores. Se pretende que las acciones del programa logren alcanzar a otras ciudades estudiantiles y lograr un mayor encontronazo. En la Fase II, mantuvo, se efectuará una intervención educativa con relación a los temas de anticoncepción hormonal; uso correcto del condón y la pastilla del día siguiente; infecciones de transmisión sexual y autovaloración .

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Es urgente que el Estado reconozca que para atender el embarazo adolescente se necesitan medidas integrales que respondan al carácter multifactorial del fenómeno, especialmente aquellas similares con prevención y atención de la violencia sexual. Es ese sentido, aún y cuando los sistemas de salud se vean saturados por el COVID-19, el Estado debe garantizar a mujeres, niñas y adolescentes el ingreso efectivo a diversos métodos de anticoncepción, así como a servicios de aborto seguro en las situaciones previstos por la ley. Tras indicar que la mortalidad es relevantemente más alta en pequeñas o adolescentes embarazadas, así como en sus bebés que en mujeres de entre 20 y30 años de edad, el director de la División de Disciplinas Clínicas de este núcleo universitario añadió que existe una íntima relación entre un embarazo joven y las enfermedades de transmisión sexual, de las cuales, la sífilis, gonorrea por neisseria y VPH registran un incremento alarmante en nuestro medio. María Elena García Trujillo, en representación de la SISEMHindicó que “el embarazo en adolescentes es uno de los flagelos sociales que no dejan establecer pisos básicos para la igualdad entre mujeres y hombres, con lo que es importante informarles que de enero a la fecha en Jalisco se asentaron 10 mil 946 nacimientos de mujeres de 15 a 19 años lo que se representa historias de mujeres y hombres que probablemente hayan truncado su historia porque no lo aguardaban”.

• Sin embargo, a pesar de que las situaciones que cubren a cada mujer varían y las afectan de diversas maneras, existe una “condición de género” que es común a todas y cada una sin importar lo más mínimo su estrato social.
• “En México, gran parte de la población es de clase baja y bajísima, estamos en una pobreza económica que limita las oportunidades sociales y culturales; en ese sentido, la escuela brinda la oportunidad de ver un horizonte que va más allá de lo que proporciona el entorno social próximo”, enfatizó Pérez Baleón.

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Así, observamos que para las mujeres encuestadas con independencia de la situación y del contexto social en que viva cada una, ser pareja de un hombre, ser madre y conformar una familia son varios de los preceptos fundamentales que dan estructura a su proyecto de vida y contenido a sus sueños, expectativas y deseos. En el momento en que las pequeñas y adolescentes no tienen la posibilidad de seleccionar y crear un emprendimiento de vida autónomo, tenderán a reproducir aquel en el que fueron socializadas como natural y también ineludible. Aunque el embarazo entre las jóvenes entrañe complicaciones en su salud y en la economía de sus familias, la sociedad cree que las mujeres están cumpliendo con su condición de género. De esta manera, la maternidad marcha como un mecanismo de escape a la indecisión de la adolescencia ante la carencia de un emprendimiento de vida y pone a las mujeres en su rol por defecto popular y “naturalmente”.

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Finalmente, un 22% de las mujeres después del embarazo contemplaba en su plan de vida únicamente ocuparse a cuidar a su bebé. Sus proyectos se alteraron de manera significativa con relación a los que tenían con anterioridad, ya que la mayoría de las mujeres consideraba los estudios como una misión a alcanzar, pero tras el embarazo estos quedaron en background pues el trabajo se volvió una necesidad primordial para la manutención de los hijos. Sin embargo, para algunas de continuar aprendiendo todavía es un aspecto importante, si bien no logran concretarlo por carecer de tiempo, pues la carga de atención que implica el cuidado de los hijos supone para abandonar sus intereses y poner por enfrente los de otros. En México las jovenes sin escolaridad presentan tasas de fecundidad más altas, entre 180 a 200 por cada mil mujeres, en comparación con las que tienen nivel escolar de secundaria o mayor, con sesenta nacimientos por cada mil mujeres (Villalobos et al., 2015).

Ser madre es sin lugar a dudas entre los ordenes de género más ampliamente fomentado en la mayoría de las sociedades, siendo aun justificado desde la ciencia, naturalizado y anunciado como la “esencia femenina”, como si las mujeres tuvieran un instinto biológico irracional por reproducirse y una proclividad natural al precaución y protección de los otros . Quintana Roo es un estado cuyo desarrollo económico, poblacional y de servicios académicos y de salud ha crecido exponencialmente desde la década de los noventa del siglo XX. Debido a su fuerte orientación en el campo servicios, específicamente en el turismo, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Avance Social la entidad ocupa apenas el sitio 26 de las 32 del país en cuanto a porcentaje de pobreza entre su población, y el 21 con respecto a pobreza extrema. Por esto, Quintara Roo recibe una cantidad importante de migrantes nacionales provenientes de la península de Yucatán y del centro del país para ocuparse en el turismo, sector que crea una cantidad enorme de trabajos informales, temporales y de baja calificación. En este sentido es necesario que se obtenga la información bastante para la utilización de anti conceptivos y aparte de prevenir los embarazos en la adolescencia, que se considera entre los diez y 19 años de edad, asimismo evitar anomalías de la salud por transmisión sexual. Mariana Lugo Arellano, coordinadora de la investigación cuantitativa, detalló que 38.1 por ciento de las encuestadas tuvo un embarazo en la adolescencia, y 2.1 por ciento pasó por este proceso entre los diez y 14 años de edad (la edad más temprana fue a los 12 años).

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