Las preguntas sin respuesta sobre Impacto Social Del Embarazo En Adolescentes al descubierto

impacto social del embarazo en adolescentes

Un número muy reducido de mujeres hizo el intento de completar el período luego de ser madre, pero sólo una de ellas logró hacerlo de forma exitosa. Este es la situacion de Sol, quien según con su testimonio, quería proseguir aprendiendo a lo largo del embarazo, pero fue nuestra directiva de su escuela quien no le permitió llevarlo a cabo, sugiriéndole su pase al turno nocturno, en que el alumnado es de edad más avanzada y no constituiría un «mal ejemplo» para el resto de los compañeros. Esto influyó en que Sol abandonase la escuela, más allá de que tras dar a luz siguió la indicación de la directiva y se anotó en una escuela nocturna acelerada, donde finalizó sus estudios. Más aún, demostrando su afán inicial por poder forjarse un futuro a través del estudio, continuó estudios terciarios en Nutrición, los que proseguía cursando al instante de la entrevista. No es difícil anticipar, teniendo en cuenta sus alcances escolares, que la mayor parte no continuó aprendiendo, lo que coincide con diversos estudios que detallan los escenarios más bajos de asistencia escolar de las jovenes mamás en comparación con sus pares que no son madres. En cuanto a la participación económica, los datos censales proponen que las adolescentes madres se integran más tempranamente al mercado de trabajo, pero a partir de los 18 años su participación es algo menor a la de quienes no son mamás, lo que seguramente refleja la contrariedad o prioridad de mantenerse al precaución de sus hijos.

El ICBF es el organismo oficial que en Colombia desarrolla las políticas de infancia y adolescencia, tanto en protección y restitución de derechos como en los temas de salud sexual y reproductiva de los adolescentes, aunque es esencial señalar que el Centro atiende a una pequeña parte de las adolescentes del AMB embarazadas o lactantes. La edad promedio de las jovenes entrevistadas es de 16,2 años y la edad promedio del primer embarazo estuvo en 14,6 años.

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Del examen de las historias laborales de las mujeres brotan dos claras diferencias según con la edad en que fueron mamás. La segunda, relacionada con la previo, es el tipo de ocupaciones que unas y otras desempeñan o han desempeñado. De este modo, equiparadas con las madres adultas, quienes fueron mamás jovenes exhiben con menor frecuencia el deseo de trabajar, especialmente fuera de su hogar y cuando trabajan, entran a ocupaciones de menor calificación y con condiciones laborales más precarias y desventajosas.

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Un informe anunciado por el Comité Internacional de la Cruz Roja señala que en el planeta mueren por año más de quinientos mil de mujeres por adversidades a lo largo del embarazo, parto o puerperio (40 días tras el parto), 70.000 de las cuales son menores de 19 años. En términos absolutos, las complicaciones en el embarazo, en el instante del parto o en las semanas posteriores provocaron la muerte de 289.000 mujeres el año pasado, de las cuales 286.000 vivían en países desarrollandose. En Chile, para el año 2004, según datos del Departamento de Información y Estadísticas del Ministerio de Salud , de los 33.507 niños nacidos, hijos de mamás entre 15 y 19 años, únicamente el 88 por ciento% fue primogénito/a. La reacción depresiva de la adolescente en curso de su embarazo puede ser tan fuerte que puede llevarla al suicidio o intento de suicidio, sabiendo que esta es la segunda causa de muerte en esta edad después de los accidentes.

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(» quiero puedo») está registrado en México como organización benéfica para recibir óbolos nacionales y del extranjero. Quería ser exploradora y saber el mundo, pero conoció el periodismo y prefirió tratar de comprender a las sociedades humanas. Dirigió seis años la Red de Periodistas de a Pie, y fundó Pie de Página, un medio digital que busca cambiar la narrativa del terror instalada en la prensa mexicana. Por su lado, el Sistema Nacional DIF, mediante la Procuraduría Federal de Protección de Pequeñas, Niños y Adolescentes, tiene la compromiso de asesorar y representar jurídicamente a las jóvenes.

Junto con otros elementos de su narrativa, y con lo que sabemos que sucede en contextos sociales pobres y de escasa escolarización, tenemos la posibilidad de deducir que Guadalupe ignoraba datos básicos de la sexualidad, la reproducción y la anticoncepción. La composición familiar tiende a ser poco estable, debido en parte importante a las pocas ocasiones de empleo a las que tiene acceso la población y a los bajos salarios que se pagan en las escasas ocupaciones a las que tiene ingreso. Esta situación coadyuva a fin de que sean usuales los inconvenientes familiares, introduciendo la crueldad intrafamiliar, la separación de las parejas, el alcoholismo y la drogadicción, entre otros muchos. Muchas jovenes medran en estos entornos en los que, además, reciben poca atención y poco aprecio, dada la urgencia de atender los problemas rutinarios para sobrevivir. De las cuatro mujeres jóvenes de clase media alta que entrevistamos hemos elegido el caso de Angélica, de 21 años, que sin ser siempre prototípico de las ocasiones que viven las jóvenes en este contexto popular, nos permite resaltar algunos puntos relacionados con la vulnerabilidad popular. Los jóvenes con esos orígenes tienen más ocasiones que sus progenitores de lograr escenarios más altos de educación, pero la mayor parte ya está fuera de la escuela a los 18 o 19 años y quieren trabajar, conseguir dinero propio, y especialmente en el caso de las chicas, hallar una pareja con quien casarse.

La tasa general de fecundidad es más alta en áreas despobladas que urbanas, al tiempo que en el campo, zona rural, el promedio de hijos por mujer en edad fértil es de 3.7, al tiempo que en la localidad, zona urbana, baja a 2.1 hijos por mujer en edad fértil12. Esta disparidad en la fertilidad asimismo se expresa en el conjunto de mujeres jovenes, al tiempo que en la zona rural se muestra una tasa de 122 por cada mil mujeres entre los 15 y 19 años de edad, en las ubicaciones urbanas dicha tasa baja a 73. Un hecho estadístico esencial es entender que el rango de edad para el embarazo en adolescentes empieza a los 15 años de edad. Socialmente se espera que ninguna mujer (niña) menor de 15 años presente embarazos. Sin embargo es una realidad y debe analizarse a la luz de los datos correspondientes.

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